.Coldplay. Fix You (Te confortaré)  

 

«el que me ama guardará mi palabra»

 
  

 
 
 
 
 
 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse.
Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia.
Entonces los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir a algunos de ellos para mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas llamado Barsabás y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y enviaron por medio de ellos esta carta:
«Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia provenientes de la gentilidad. Habiéndonos enterado de que algunos de aquí, sin encaro nuestro, os han alborotado con sus palabras, desconcertando vuestros ánimos, hemos decidido, por unanimidad, elegir a algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, hombres que han entregado su vida al nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Os mandamos, pues, a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas. Haréis bien en apartaros de todo esto. Saludos».

Hch 15,1-2.22-29

Salmo Responsorial

R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R

Que canten de alegría las naciones,

porque riges el mundo con justicia.
Riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R

Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R

Sl 66,2-3.5-6.8 (R.: 4)

Lectura del libro del Apocalipsis
El ángel me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino.
Tenía una muralla grande y elevada, tenía doce puertas y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados que son las doce tribus de Israel. Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, al poniente tres puertas, y la muralla de la ciudad tenía doce cimientos y sobre ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
Y en ella no vi santuario, pues el Señor, Dios todopoderoso, es su santuario, y también el Cordero. Y la ciudad no necesita del sol ni de la luna que la alumbre, pues la gloria del Señor la ilumina, y su lámpara es el Cordero.

Ap 21,10-14.22-23

Lectura del santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».

Jn 14,23-29

"Qui m’estima farà cas del que jo dic"

Apunt de celebrar l’Ascensió llegim unes paraules de Jesús que poden ser l’anunci d’aquest misteri: Me’n vaig però tornaré. Jesús es troba a punt de complir la seva missió morint i ressuscitant però no s’oblida dels seus amics. I ha començat recordant el gran manament de l’amor: Qui m’estima farà cas del que jo dic... els qui no m’estimen no fan cas de les meves paraules. L’amor es manifesta en les obres; ho sabem bé: estimar no és dir paraules boniques sinó demostrar amb els fets el nostre amor al Senyor. Per si de cas, sabem que el Pare enviarà el Defensor, l’Esperit Sant que ens farà recordar tot el que ens ha dit i ens ho farà comprendre. No estem sols, no ens podem oblidar de les paraules del Senyor. Evidentment no tenir físicament el Senyor havia de ser per als deixebles un trasbals, per això els diu també: Us deixo la pau, us dono la meva pau. No una pau com la que dona el món. Que s’asserenin els vostres cors, no us acovardiu! No hem de tenir por: ens dona la seva pau i un Defensor. Enmig de les dificultats, de les persecucions, de l’oposició del món no hem de tenir por; ens ha d’envair una pau profunda, una pau que no vol dir que no tinguem problemes sinó que podem mantenir la pau interior enmig de les dificultats. La primera lectura ens mostra els problemes interns de les comunitats cristianes sobre algunes pràctiques del judaisme. Després del diàleg (o discussions) arriba la pau i poden afirmar: Hem decidit l’Esperit Sant i nosaltres... L’Església sempre està a l’escolta de l’Esperit i les normes que dona són fruit de seguir el que diu aquest Esperit. La segona lectura ens recorda l’Església celestial, com una gran perla, combinació de l’AT i NT, una ciutat on conviuen tots els creients, marcada per la presència viva de Déu i l’Anyell que fan possible l’harmonia i convivència de tots els homes i dones. Vers aquesta ciutat caminem. Ara ens cal fer cas del que diu el Senyor. Estimant-lo, mantenint la pau, que ell ens dona enmig de les contrarietats. Però no estem sols, tenim el Defensor, l’Esperit Sant.

Mn. Jaume Pedrós

Música Sacra

Con el nombre de Música Sacra agrupamos las obras musicales cristianas que a lo largo de la historia han creado los grandes compositores para destacar la obra de Dios. Nació en Europa en la Alta Edad Media con los ritos cristianos en el ámbito de las iglesias. Los antiguos cantos medievales dieron paso a las Misas y Cantatas del Barroco.

La época dorada de la música religiosa se inicia con los cantos gregorianos, alcanzan la mayoría de edad con Johann Sebastian Bach, continúa con Mozart y finaliza con las Misas de Beethoven. Mas tarde la musica sagrada deja de tener tanta importancia en la vida social y los compositores se acuerdan de ella excepcionalmente.

Glória de Vivaldi

Réquiem de Mozart Passió segons sant Joan. Bach
El Messies de Händel I El Messies de Händel II El Messies de Händel III
La Passió segons sant Mateu I La Passió segons sant Mateu II Messa da Réquiem de Verdi


 

  

 

 
 
 
IMAGENES